Normalmente se cree que plaguicida significa insecticida. Pero en realidad los plaguicidas no se refieren exclusivamente a los insecticidas sino también a distintos productos químicos. Un plaguicida es cualquier sustancia que se utiliza para controlar, destruir, repeler o atraer a una plaga.
Plagas
Cualquier organismo vivo que cause daños o pérdidas económicas o transmita o produzca enfermedades puede ser considerado como plaga. Las plagas pueden ser animales (algunos roedores e insectos), malas hierbas o microorganismos (bacterias y virus). Los plaguicidas pueden ser “naturales” o “sintéticos”. Es decir, se encuentran en la naturaleza y se extraen o se sintetizan en el laboratorio. Incluso pueden ser organismos vivos como los Bacillus thuringiensas.
En muchos casos los productos utilizados en el hogar tienen plaguicidas, como se da en los limpiadores de suelos, lavabos, detergentes y spray contra hormigas o cucarachas.
Plaguicidas
Como la mayoría de los plaguicidas están diseñados para ser tóxicos contra su correspondiente plaga y porque cualquier sustancia puede acarrear riesgos si se hace un uso indebido, el uso de plaguicidas ha de estar estrictamente controlado. De ahí la existencia de una normativa específica en lo relacionado con la comercialización y uso, ya que habiendo una necesidad para controlar plagas, ésta debe estar enmarcada en la protección de la salud pública y ambiental.